Tolerancia a la frustración en etapa infantojuvenil.

Introducción

La frustración es una emoción básica y natural que surge cuando no conseguimos algo que deseamos o cuando las cosas no salen como esperábamos. En la etapa infantojuvenil, esta emoción aparece con frecuencia debido al proceso de desarrollo físico, emocional y social por el que atraviesan los niños y adolescentes.

Aunque puede ser incómoda tanto para ellos como para los adultos que los rodean, es crucial entender que la frustración es una herramienta clave para el aprendizaje y la resiliencia. En este artículo, exploraremos qué es la frustración, cómo se manifiesta en la infancia y adolescencia, y cómo podemos gestionarla eficazmente desde casa.

¿Qué es la frustración y por qué es importante en la infancia y la adolescencia?

La frustración es una respuesta emocional que ocurre cuando una persona percibe que no puede alcanzar un objetivo o satisfacer un deseo. Para los niños pequeños, esta experiencia puede aparecer ante situaciones tan simples como no encajar una pieza de un rompecabezas o no poder alcanzar un juguete. En los adolescentes, puede estar vinculada con conflictos sociales, expectativas académicas o límites impuestos por los adultos.

En ambas etapas, la frustración está relacionada con el desarrollo de habilidades esenciales:

  • En la infancia, ayuda a los niños a aprender a tolerar límites, manejar la espera y desarrollar la perseverancia.
  • En la adolescencia, se convierte en una oportunidad para trabajar la tolerancia a la incertidumbre, la resolución de problemas y la gestión del estrés.

¿Cómo se manifiesta la frustración en niños y adolescentes?

La frustración puede aparecer de distintas formas según la edad y la personalidad del niño o adolescente:

En la infancia (0-12 años):

  • Llanto o berrinches ante situaciones de fracaso o límites.
  • Retiro o aislamiento cuando no logran lo que quieren.
  • Reacciones físicas como patalear, golpear objetos o tensar el cuerpo.

En la adolescencia (13-18 años):

  • Irritabilidad, enojo o respuestas agresivas.
  • Comentarios como «no puedo» o «no sirve de nada intentarlo».
  • Sensación de injusticia o desmotivación ante desafíos o fracasos.

Es importante recordar que estas respuestas son normales y esperables, pero como adultos, tenemos el papel de guiar y enseñarles a manejarlas.

Estrategias para gestionar la frustración desde casa

Aquí tienes algunas ideas prácticas para trabajar la frustración con niños y adolescentes:

  • Valida sus emociones: Evita minimizar lo que sienten con frases como «no es para tanto». En lugar de eso, empatiza: «Entiendo que estés molesto, es difícil cuando las cosas no salen como queremos.»
  • Ayúdales a identificar y nombrar lo que sienten: «Estás frustrado porque no lograste ganar el juego, ¿verdad?»
  • Enséñales herramientas para calmarse: En los más pequeños, puedes usar ejercicios de respiración o distracciones momentáneas. Por ejemplo, invítalos a respirar profundo mientras cuentas hasta 5 juntos.
  • En adolescentes, fomenta la autoobservación y técnicas como escuchar música, salir a caminar o escribir lo que sienten.
  • Fomenta la perseverancia: Refuerza la idea de que los errores son una oportunidad para aprender. Utiliza frases como: «Lo importante es que lo intentaste, ¿qué puedes hacer diferente la próxima vez?»
  • Celebra más el esfuerzo que el resultado: «Qué bien que no te rendiste y seguiste intentándolo.»
  • Pon límites claros y consistentes: Los límites ayudan a los niños a aprender que no siempre podemos conseguir todo lo que queremos, pero que eso no es el fin del mundo.
  • Sé coherente: si decides un límite, manténlo, aunque el niño se frustre. Esto les enseñará a manejar la tolerancia a la frustración.
  • Modela la gestión de la frustración: Los niños y adolescentes aprenden observando. Si tú te muestras calmado y buscas soluciones ante un problema, ellos imitarán ese comportamiento.
  • Evita la sobreprotección: Resolver constantemente los problemas por ellos les priva de la oportunidad de desarrollar habilidades como la paciencia, la creatividad y la capacidad de resolución.

Conclusión:

La frustración como un aliado para el desarrollo, aunque la frustración puede ser incómoda tanto para niños como para adultos, es una emoción esencial en el desarrollo de habilidades emocionales y sociales. Ayudar a nuestros hijos a manejarla no solo les permitirá enfrentar los retos del presente, sino que les dará herramientas para su vida adulta.

Si te interesa aprender más sobre la crianza positiva y la gestión emocional en niños y adolescentes, ¡explora nuestro blog! Comparte este artículo con otros padres o cuidadores que puedan necesitarlo.

Si necesitas ayuda para manejar esta situación con tu peque, no dudes en ponerte en contacto conmigo a través del correo hola@psicologiagm.com .  Me pondré en contacto contigo y trabajaremos juntos para confrontar esta situación.

Mi nombre es Gloria, y estaré encantada de ayudarte.


Bibliografía recomendada

  1. Asha Phillips (2001). Decir no: Por qué es tan importante poner límites a los niños.
    Este libro explora la importancia de establecer límites en la infancia y cómo enseñar a los niños a manejar emociones difíciles como la frustración.
  2. Rafael Bisquerra (2011). Educación emocional y bienestar.
    Una guía completa sobre cómo trabajar la inteligencia emocional, tanto en casa como en la escuela, incluyendo estrategias para gestionar emociones como la frustración.
  3. Mar Romera (2020). La familia: La primera escuela de las emociones.
    Romera ofrece una visión práctica sobre cómo los padres pueden ser el primer apoyo en la gestión emocional de sus hijos.
  4. Fina Sanz (2007). Los vínculos amorosos: Formación, desarrollo y ruptura.
    Este libro aborda cómo las relaciones afectivas influyen en el manejo de emociones y la tolerancia a la frustración desde edades tempranas.
  5. Carlos González (2006). Bésame mucho: Cómo criar a tus hijos con amor.
    Aunque enfocado en la crianza respetuosa, González dedica apartados importantes a cómo acompañar las emociones difíciles en niños pequeños.
  6. Daniel Goleman (1996). Inteligencia emocional.
    Aunque es un clásico de la inteligencia emocional, este libro ofrece insights sobre cómo enseñar a gestionar emociones como la frustración en diferentes etapas de la vida.
  7. Álvaro Bilbao (2015). El cerebro del niño explicado a los padres.
    Este libro, escrito por un neuropsicólogo, explica cómo se desarrolla el cerebro infantil y cómo gestionar emociones como la frustración para fomentar la resiliencia.
  8. Amanda Céspedes (2015). Educar las emociones, educar para la vida.
    Céspedes se enfoca en cómo las emociones influyen en el aprendizaje y la importancia de educar emocionalmente desde la infancia.

Artículos y recursos digitales:

  1. Fundación América por la Infancia – Recursos sobre educación emocional:
    Una plataforma con artículos y materiales sobre cómo trabajar emociones como la frustración en niños y adolescentes.
    www.americaporlainfancia.org
  2. Rafael Guerrero – Canal de YouTube:
    Psicólogo especializado en educación emocional. Sus vídeos son una excelente herramienta para profundizar en temas relacionados con la gestión de emociones.

 

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